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Rezar aumenta el autocontrol y la estabilidad emocional

Un estudio alemán reveló que “un breve período de oración personal amortigua el efecto que produce el agotamiento”




La gente recurre a la oración, buscando apoyo y respuestas para hacer frente a las altas exigencias de la vida”. Así lo aseguró un equipo de psicólogos alemanes de la Universidad del Sarre y la Universidad de Mannheim que investigó si esta práctica podía tener un impacto en la persona más allá de lo espiritual.
Los resultados, publicados en el Journal of Experimental Social Psychology, sostienen que las personas que rezan pueden mantener el control de sus emociones y sus conductas. Pero también, descubrieron que al hacerlo, son recompensados, al obtener fuerza y mayor capacidad de resistir frente a los avatares y las tentaciones de malas conductas.
“Un breve período de oración personal amortigua el efecto que produce el agotamiento”, añadieron. Los resultados, dijeron, serían consistentes y contribuyen a completar una serie de otros estudios sobre los efectos de hablar con Dios, como uno que estableció que al tener esta conexión divina, disminuiría la infidelidad y el consumo de alcohol.
El singular estudio
Para llegar a estas conclusiones que no extrañarían a ningún creyente, los estudiosos entrevistaron a 79 personas, de las cuales 41 eran cristianos, 14 ateos, 10 agnósticos y 14 pertenecían a otras religiones.
La investigación consistió en dejar a cada uno solo durante 5 minutos y se les pidió rezar o pensar libremente en una cosa intensamente, tanto como les fuera posible. Acto seguido, fueron expuestos a divertidos pasajes de películas donde se les pidió controlar sus emociones y reacciones faciales, y por último fueron sometidos al test de colores y palabras, Stroop, donde las palabras que se describen aparecen en diferentes colores.
En la segunda parte del experimento, la mitad dijo reaccionar con normalidad y el resto, reprimieron sus emociones controlando sus expresiones.
En tanto, que en la tercera sección requirieron del autocontrol, ya que el test en términos básicos “evalúa la capacidad para clasificar información del entorno y reaccionar selectivamente a esa información”, según explicaron.
Al analizar los datos, descubrieron también, que los que pensaron libremente en la primera parte de la prueba y trataron de reprimir sus emociones durante las filmaciones fueron los que más lucharon con el Stroop. En cambio, los que rezaron demostraron que tenían altos niveles de control sobre sí mismos y que lograron suprimir las emociones en las filmaciones pero sin agotarse.

Educar el autocontrol en los primeros años ¡guerra a los caprichos!

La capacidad de controlar los impulsos aprendida con naturalidad desde la primera infancia, constituye una facultad fundamental en el hombre.
Una facultad que, en definitiva, tendremos que potenciar en nuestros hijos más pequeños si deseamos que el día de mañana sean personas voluntariosas y, sobre todo, capaces de gobernarse a sí mismas en todo momento. No dejemos para más adelante el intentar inculcar un cierto autocontrol al niño.
Una vez que haya pasado el periodo sensitivo de los primeros años, le costará mucho más adquirir esta importante virtud. Es precisamente en los primeros años cuando el niño más necesita de nuestra ayuda.
Ante sus ojos inexpertos se presenta todo un mundo de posibilidades que le aturden. Esto no significa que su creciente interés por lo que le rodea no sea una actitud normal e, incluso, positiva. Pero, eso sí, tendremos que ser nosotros los que comencemos a canalizar sus inquietudes y sus deseos. Y es que, para educar es necesario exigir, aunque esto suponga un esfuerzo para nosotros mismos.
Cuando se llega cansado a casa, por ejemplo, lo más sencillo es decir "sí" a cualquier capricho. El reto radica en ser lo suficientemente pacientes y fuertes como para decir "no" en el momento preciso. Si de verdad queremos lo mejor para nuestros hijos, tenemos que exigirles. Y es que de nuestra firmeza de hoy dependerá directamente la voluntad de nuestro hijo mañana. Educar en la sobriedad no es tiranizar sino conseguir que nuestro pequeño aprenda a controlarse y a valorar las cosas (pocas o muchas) que le rodean.
Con los niños de cuatro y cinco años los resultados suelen ser más positivos cuando les ofrecemos una información clara en el momento oportuno y apoyamos nuestras instrucciones (no comer dulces antes de la comida, entrar en un centro comercial sin tener que comprarle algo, ordenar la propia habitación, obedecer a la primera...), con ciertas dosis de cariño y una exigencia serena, perseverante y alegre.
No nos dejemos llevar por los nervios; cualquier madre o padre saben que un niño de cuatro o cinco años que no para de pedir puede sacar de quicio a cualquiera, pero a pesar de todo tendremos que tratar de corregirle desde la calma y el buen humor. Es, por ende, una buena ocasión para "educar" nuestro propio autocontrol... Puede ser bueno también proponer a nuestros hijos pequeños ejercicios de autodominio, envueltos en juegos o retos y en esto la creatividad de los padres no tiene límites.
Por ejemplo: "sólo podrá comerse una chuchería en todo el día pero, eso sí, será la que él quiera y en el momento que elija". Del mismo modo siempre es positivo que reconozcamos a nuestro hijo sus muestras de autodominio, destacando, en cada caso, lo que hizo bien. Este reconocimiento operará como estímulo para la próxima ocasión en que tenga que vencer su capricho. Debemos procurar dejarles, por último, un cierto margen de libertad e iniciativa.
No seamos nosotros los que digamos siempre la última palabra en todo. Es necesario que el pequeño vaya aprendiendo poco a poco a discernir entre lo que es una necesidad y lo que es un mero antojo.


Tomado en versión libre, del artículo

Autor: María Viejo y Manoli Manso

"De 0 a 6. La edad del autocontrol. ¡Guerra a los caprichos!",

publicado en HACER FAMILIA, nº 64, junio 1999













Autocontrol y atención en los niños: ¿cómo controlarlo?


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"Mi hijo no se concentra, se distrae con cualquier cosa". "Esta chica nos trae de cabeza. Cuando no se sale con la suya siempre monta un espectáculo, tiene que ser lo que quiera y cuando quiera". Este tipo de comentarios son frecuentes entre padres y docentes de niños y niñas entre los 4 y los 12 años. Más allá de los problemas académicos, los pequeños pueden presentar falta de atención y dificultades en la regulación de su propio comportamiento, lo que puede llegar a desesperar a progenitores y maestros. Y es que para intervenir en este tipo de comportamientos es preciso conocer los mecanismos que los explican.


La atención es un conjunto de habilidades que se van desarrollando de forma progresiva. Esto ocurre  desde su variante más básica, como sucede en los bebés al responder a un sonajero, hasta las formas más complejas, allá por los siete años cuando el infante ya es muy capaz de inhibir una distracción mientras realiza una actividad. Algunos autores han planteado que los procesos de autocontrol y autorregulación de la conducta dependen directamente de unas buenas capacidades atencionales y de funcionamiento ejecutivo. Dentro de esas habilidades encontramos la capacidad para establecer metas adecuadas, planificarse y monitorizar el comportamiento, la capacidad de análisis y síntesis de la información, la memoria de trabajo o la inhibición de impulsos. Un ejemplo sencillo sería el del niño que es capaz de tolerar la frustración cuando tiene que dejar de ver la televisión para hacer los deberes y consigue manejar la situación, organizándose de manera autónoma y exitosa, anticipando las consecuencias negativas de no hacerlos a tiempo.


Una de las áreas cerebrales que más importancia ha mostrado en este tipo de funciones mentales es el cíngulo anterior. Esta parte de la corteza cerebral, además de tener un papel relevante en la atención y la memoria de trabajo, también participaría en el control del afecto y los procesos de regulación de la conducta a través de sus conexiones con el sistema límbico y las áreas orbitofrontales del cerebro, asociándose así también al desarrollo de la empatía.Pero, ¿cómo entrenar el autocontrol y las habilidades para la vida?

Autocontrol: problemas y soluciones

Un artículo de la revista Science publicado en 2011 por investigadores de la Universidad de la Columbia Británica, repasa con detalle los tipos de intervenciones que pueden mejorar las funciones ejecutivas en los niños y niñas. Entre ellos destacamos un tipo de iniciativa en el que los profesores eran entrenados para promover en los alumnos el desarrollo del autocontrol, el manejo de las emociones y la solución de problemas. Tras un año de entrenamiento, los estudiantes habían mejorado su capacidad de inhibirse y su flexibilidad mental, y además mostraban menos problemas de conducta.

Existe toda una corriente de educación en lo que se ha denominado ?habilidades para la vida'. Este tipo de programas trabaja sobre el manejo de las emociones, el desarrollo de la empatía, la mejora de las relaciones sociales y de las habilidades de comunicación, la estimulación del pensamiento crítico y la toma de decisiones, la resolución de problemas, el conocimiento de uno mismo y el manejo del estrés.Además, han mostrado relación con una menor incidencia de conductas de riesgo, de acoso escolar, trastornos alimenticios, consumo de drogas, violencia, depresión o estrés en edad escolar. 


Los beneficios mostrados por este tipo de intervenciones han llevado a algunos autores a plantear la necesidad de incluirlos como parte de la formación curricular desde la edad prescolar. Eso sí, sin olvidar el papel fundamental que tienen los padres y el contexto social en el desarrollo de estas habilidades en los niños y niñas.







El abuso en el uso de Facebook baja el autocontrol y ... engorda


Para aquellos que están buscando perder peso, tomen nota: un nuevo estudio encontró que el uso de la red social Facebook baja el autocontrol, los predispone a subir de peso, a gastar más dinero y a tener menores calificaciones de crédito.

Los miembros de Facebook que utilizan la red para mantenerse en contacto con amigos cercanos tienden a tomar muy en cuenta lo que esos amigos piensan y son propensos a recibir una dosis extra de autoestima. Pero ese incremento en autoestima altera su comportamiento de consumidor, causando que tomen bocadillos poco saludables y en muchos casos hagan compras caras.


Así las cosas, los especialistas en obesidad encontraron una nueva epidemia. Se trata de la que protagonizan aquellos pacientes que se estancan en su descenso de peso o los consultan sin saber cómo ni por qué engordaron, y en el interrogatorio surge la evidencia: el culpable es Facebook, ya que por varias razones causa pérdida de autocontrol.

"En mis consultas, durante los últimos 18 meses especialmente noté un grado de adicción importante entre las mujeres de 20 a 48 años a los juegos de Facebook. Esto hace que se conecten especialmente en los horarios que comparten con sus contactos, lo que sucede a partir de las 23, y se quedan conectadas y en los juegos por 3 a 5 horas", contó el doctor Daniel Fabián Klotzman, médico especialista en nutrición y psiquiatra, que realiza tratamientos integrales de obesidad.

"Este insomnio autoinducido, además de generar un cambio en el ritmo del sueño, acarrea pérdida del autocontrol, una falsa subida de autoestima, cambios hormonales, estrés, modificaciones del humor (ansiedad, depresión), todos factores que actúan conjuntamente, provocando aumento del peso corporal", aseguró el especialista, para quien, "las culpables principales podrían ser las hormonas".
Es que las señales de hambre en el cerebro están controladas por dos hormonas, grelina y leptina. La grelina le indica al cerebro cuándo es el momento de comer y la leptina le indica cuándo nos saciamos. "Cuando se tiene cansancio, los niveles de grelina en sangre aumentan y los de leptina bajan. Un estudio reciente mostró un aumento del 5% en peso corporal en personas que dormían menos de 3 horas por noche", explicó Klotzman.

"Otra causa del aumento de peso de los adictos a Facebook -detalló el especialista- es la relación que hay entre la falta de sueño y el sobrepeso. Las personas que duermen poco queman menos calorías, contrariamente a lo que se supone. Y por otra parte, cuando las personas están cansadas toman malas decisiones alimenticias, esto es, serían más susceptibles a tentarse con excesos, en lo que a comida respecta".

Dos investigaciones avalan la hipótesis: Facebook te hace gordo
"Como los consumidores cuidan la imagen que ellos presentan a sus amigos cercanos el uso de la red social aumenta la autoestima en los usuarios que están enfocados en sus amigos cercanos mientras están conectados. Pero ese incremento los lleva a tener menos autocontrol cuando están navegando por la red social".

Así de contundentes fueron los, los doctores Keith Wilcox y Andrew T. Stephen autores de un estudio para la Universidad de Pittsburg. Los dos investigadores -que son profesores de marketing- condujeron cinco estudios en 100 usuarios de Facebook para determinar cómo el uso del gigante social afecta el estilo de vida de los participantes de la investigación. Aquellos que pasaron más tiempo en la red generalmente tuvieron un mayor índice de masa corporal, aumentaron sus niveles de atracones, tuvieron niveles más altos de deuda en sus tarjetas de crédito y niveles más bajos de crédito.

Uno de los datos que se desprende es que, por ejemplo, aquellos que navegaban en Facebook por más de cinco minutos tenían más chance de elegir una galleta de chispas de chocolate en lugar de una barra de granola como snack. Así, mientras que la red social aumenta la autoestima haciendo que los usuarios se sientan populares o felices sobre su imagen, la buena sensación puede no valer la pena por sus consecuencias.

Wilcox denominó a este fenómeno de caída del autocontrol, que lleva a decisiones impulsivas "el efecto Facebook", el cual es más pronunciado entre aquellos cuyas redes sociales están hechas para amigos muy cercanos y aquellos que a quienes les importa mucho la valoración de sus posts en forma de "me gusta" y comentarios.

Pero la pérdida de autocontrol no es la única consecuencia de pasar demasiado tiempo en esta red social. Los usuarios son propensos a actuar de manera ruda online, o fustigar a otros debido a un desacuerdo, de una manera similar a la que según los investigadores es similar a la que usan las personas alcoholizadas.

"Pienso en ello como un efecto de autorización (licensing effect): te sentís bien con vos mismo entonces sentís una especie de derecho", dijo Wilcox al Wall Street Journal a principios de este año. "Y querés proteger esa visión mejorada de ti mismo, que puede ser por lo que las personas se desquitan tan fuertemente con otros que no comparten sus opiniones", consideró.
Y, si las cifras de aumento de peso, comportamiento agresivo y deudas de tarjeta de crédito no son suficientes para convencer a los usuarios de los efectos negativos de Facebook, un segundo estudio muestra que sus usuarios tienen más posibilidades de sufrir de episodios psicóticos.

Buscando confortarse en relaciones virtuales, algunos usuarios que tienen predisposición a tener problemas mentales, pueden desarrollar delirios respecto a sus conexiones con gente con la que interactúan virtualmente y puede causar comportamientos insensibles, de acuerdo al investigador doctor Uri Nitzan de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tel Aviv.
Pero para la mayoría de los usuarios, la pérdida del autocontrol es la preocupación más importante.




Las ventajas de las redes sociales son evidentes ya que estos sitios web permiten un apoyo social abundante y proporcionan oportunidades para impulsar la confianza en sí mismo y la autoestima.
Si bien esto puede parecer un buen resultado, una nueva investigación publicada recientemente en la revista Journal of Consumer Research sugiere que el péndulo puede oscilar demasiado ya queun exceso de autoestima puede reducir el auto-control de un individuo dentro y fuera de la red. Los investigadores de la Universidad de Pittsburgh y la Escuela de Negocios de Columbiadicen que los usuarios de Facebook y otras redes sociales deben tener cuidado con su autoestima – impulsada por los “me gusta” o comentarios positivos de los amigos más
Los investigadores también descubrieron que un mayor uso de la red social entre los usuarios con fuertes lazos con sus amigos se asocia con personas que tienen mayores índices de masa corporal y niveles más altos de deuda de tarjetas de crédito.
“Hasta donde sabemos, este es el primer estudio para demostrar que el uso de redes sociales en línea pueden afectar el auto-control”, dijo el coautor Andrew T. Stephen. “Hemos demostrado que el uso actual de la red social más popular, Facebook, pueden tener un efecto perjudicial en el auto-control de las personas.”
Durante la investigación se llevarón a cabo cinco estudios diferentes con un total de más de 1.000 estadounidenses usuarios de Facebook.
En el estudio inicial, los participantes completaron encuestas sobre lo estrecha que era su relación con sus amigos en Facebook. Luego se dividieron en dos grupos: un grupo que escribió sobre la experiencia de navegar por Facebook y otro grupo que realmente navegaó por Facebook. Ambos grupos completaron una encuesta de auto-
Independientemente de si los participantes escribieron acerca de cómo explorar perfiles de Facebook o si realmente navegaron por Facebook, los participantes con vínculos débiles con amigos de Facebook no experimentaron un aumento de la autoestima, pero los que tienen fuertes lazos con  sus amigos de Facebook tenían un mayor sentido de la autoestima.
El segundo estudio evaluó por qué los usuarios de Facebook con fuertes lazos con amigos tenían más probabilidades de experimentar un aumento de la autoestima. Los investigadores concluyeron que la navegación por Facebook sólo aumentó la autoestima de los participantes cuando se centraron en la información que ellos le presentaban a los demás.
“Encontramos que las personas experimentan una mayor autoestima cuando se centran en la imagen que están presentando a los lazos fuertes en sus redes sociales”, dijo Wilcox.”Esto sugiere que aunque las personas están compartiendo la misma información positiva con lazos fuertes y lazos débiles en las redes sociales, se sienten mejor consigo mismos cuando la información es recibida por fuertes lazos que por los lazos débiles”.
Galletas, barras de granola, y rompecabezas fueron parte de la metodología de los estudios tercero y cuarto que establecieron el vínculo entre la autoestima y el autocontrol
Los participantes en el tercer estudio fueron instruidos ya sea para revisar Facebook o leer noticias en CNN.com, a continuación, debían elegir entre comer una barra de granola o una galleta de chocolate. Los que habían navegado por Facebook eran más propensos a elegir la galleta.
A los participantes en el cuarto estudio se les dio rompecabezas de palabras para resolver después de comprobar Facebook o leer un sitio web de noticias de famosos y chismes. Quienes navegaron por Facebook fueron más propensos a renunciar a los puzzles.
Para la quinta investigación, se hizo un estudio de campo en línea. Se examinó la relación entre el uso en línea de la red social y las conductas fuera de línea asociadas a un pobre auto-control. Los participantes completaron una encuesta en la que se preguntaba su altura y peso, el número de tarjetas de crédito de su propiedad y la cantidad de deuda sobre ellas, y la cantidad de amigos que tienen fuera de línea, entre otras cuestiones.
“Los resultados sugieren que una mayor utilización de la red social se asocia con un mayor índice de masa corporal, comer compulsivamente, un menor crédito, y mayores niveles de deuda de tarjetas de crédito para las personas con fuertes lazos con su red social”, escribieron los investigadores .
          FUENTE





¿Qué pasa en tu cerebro cuando pierdes la paciencia y el autocontrol?
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Neurocientíficos de la Universidad de Iowa (EE UU) han descubierto qué ocurre en el cerebro humano cuando una persona pierde la paciencia y la capacidad de autocontrol. Sus conclusiones se publican en la revista Journal of Consumer Psychology.


William Hedgcock, coautor del trabajo, ya había demostrado con anterioridad que el autocontrol es un recurso finito que se gasta con el uso. Cuando se utiliza demasiado de forma continuada, es más difícil que nos mantengamos calmados la siguiente vez que nos enfrentamos a una situación que exige controlar nuestros impulsos. 


Ahora, un nuevo estudio con imágenes de resonancia magnética funcional le ha permitido demostrar que la corteza cingulada anterior (ACC), encargada de reconocer que una situación tiene muchas posibles respuestas y que algunas son más convenientes que otras, se activa siempre independientemente de la decisión que tomemos. Esta zona reconoce, por ejemplo, cuando algo nos tienta. Por lo tanto, la verdadera "llave" del autocontrol reside, según Hedgcock, en la región conocida como corteza prefrontal dorsolateral -la que dice "querría hacer esto, pero debo sobreponerme a ese impulso y actuar de manera inteligente"- se activa con menos intensidad a medida que nuestra capacidad de autocontrol se agota. Y las técnicas de neuroimagen revelan que es la falta de actividad de las neuronas de esta zona lo que hace que, en ocasiones, "las situaciones nos saquen de nuestras casillas" y no actuemos con sensatez, aclaran los científicos.


Hedgcock asegura que, de acuerdo con el hallazgo, el autocontrol debería ser comparado con una piscina que se puede vaciar por el uso y volverse a llenar cuando estamos en un ambiente sin excesivos conflictos, lejos de "tentaciones que lo desgastan".


Los resultados del estudio podría ayudar a desarrollar mejores programas de desintoxicación para personas adictas a las drogas, al alcohol, a las compras o a la comida, que suelen hacer cosas que preferirían no hacer. También ayudará a sujetos que nacen sin capacidad de autocontrol por un daño cerebral.












Celópatas deben trabajar autocontrol emocional y autoestima





Los celos hacia otras personas se expresan desde la infancia y el hogar, pudiendo considerarse hasta cierto punto como normales; pero si llegan a ser enfermizos, hay que buscar ayuda profesional para evitar que tengan consecuencias trágicas, sostuvo el psicólogo Manuel Saravia. 


"Hay teorías que afirman que todos nacemos celosos y hay otras que dicen lo contrario. Sin embargo podemos apreciar en la infancia que los hermanitos experimentan celos por el cariño de mamá o de papá. Y en la escuela cuando la profesora le presta más atención a un alumno que a otro", comentó.


Explicó que los celos se convierten en una energía que lucha por el afecto de una persona que es significativa en nuestra vida.

Saravia Oliver advirtió que hay que tener cuidado con aquellas personas que muestran un excesivo interés en nosotros y quieren averiguar en corto tiempo todo lo posible sobre nuestra vida. 


"Son esas personas que te hacen muchas preguntas o indagan todo lo posible para saber dónde vives, con quiénes vives, sabe aspectos de tu infancia, tus pasatiempos y otros detalles personales", dijo.

Celópata

El psicólogo precisó que en ese caso estamos hablando de personas que tienen rasgos posesivos y obsesivos muy fuertes, características muy marcadas en el perfil de una persona celópata o que padece de celos enfermizos.

"Estas personas que tienen celos enfermizos están convencidos de que su pareja es infiel. Esta inseguridad les lleva a averiguar las claves del correo electrónico, las redes sociales, revisan las prendas que visten, todo con el propósito de encontrar al supuesto amante que solo está en su fantasía", anotó.

Para Saravia Oliver, la persona celópata sí puede llegar a cambiar en la medida que reciba ayuda profesional.

Indicó que además de la técnica de autocontrol emocional, hay que trabajar mucho con la autoestima del celópata, sobre sus creencias en relación a sí mismo y sobre cómo debería ser una relación de pareja.

"La celotipia afecta tanto a varones como a mujeres, con la diferencia de que los primeros no expresan tan abiertamente su malestar como las damas, pero son más agresivos en el terreno físico y psicológico", expresó.


Saravia Oliver sostuvo que una persona que vive con otra que es celópata llega a registrar altos niveles de estrés que llevan también a tener cuadros de depresión e, incluso, de trastorno de la personalidad.

"La mujer que ha sido maltratada durante mucho tiempo por su pareja celópata, termina convirtiéndose en una persona maltratadora, sobre todo con sus hijos u otras personas vulnerables de su entorno", manifestó el psicólogo.




Los niños con escaso autocontrol probablemente serán adolescentes con exceso de peso, según un estudio de la Universidad de Michigan

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ANN ARBOR, Michigan— ¿Su hijo tiene dificultades mayores que las normales para resistir una tentación? Ya sea con juguetes o con la comida esta incapacidad para esperar puede conducir al aumento de peso a medida que los niños se acercan a la adolescencia.


Los niños jóvenes que muestran una incapacidad para postergar la gratificación parecen predispuestos al exceso de peso en los años previos a la adolescencia, según los investigadores de la Universidad de Michigan.
En un estudio de la Universidad de Michigan que es uno de los dos informes que publica la edición de abril de la revista Pediatrics and Adolescent Medicine, de la Asociación Médica de Estados Unidos, los investigadores usaron una tarea de espera para medir la capacidad de los niños de 4 años para postergar su gratificación.
A los niños se les pidió que eligieran entre caramelos, galletitas con forma de animales o rosquillas como su comida favorita, y se les dejó con dos platos de diferentes cantidades de la comida.

A los participantes se les dijo que se les permitiría comer una cantidad más grande de la comida elegida si esperaban hasta que volviera la persona que hacía el examen. Si no podían esperar hasta que retornara esa persona, podían sonar una campanilla para llamarla a que volviera a la sala, y en ese momento podían comer la cantidad más chica.
De los 805 niños y niñas que participaron, el 47 por ciento falló en la prueba, ya sea porque hicieron sonar la campanilla antes de que transcurriera el período de espera de siete minutos, o porque comenzaron a comer de manera espontánea, porque se impacientaron, porque fueron a la puerta o llamaron al padre o la madre o la examinadora.


Los niños y niñas que mostraron una capacidad limitada para postergar la gratificación tuvieron 29 por ciento más probabilidades de tener exceso de peso a los 11 años de edad que los que pudieron demorar la gratificación, dijo Julie Lumeng, una pediatra especializada en desarrollo y conducta en el Sistema de Salud de la Universidad de Michigan, y una de las autoras del estudio.


El estudio procuró controlar los efectos de la educación dada por los padres y las madres, preguntándoles si esperaban que sus niños demoraran la gratificación con la comida, por ejemplo, no permitiéndoles que comieran bocadillos cada vez que tuvieran el antojo. Los investigadores encontraron que la respuesta de la madre no tenía impacto en la relación entre la capacidad del niño para demorar la gratificación y su riesgo de alcanzar un exceso de peso.


“Aun en los casos en que la madre dijo que espera que sus hijos sean capaces de esperar en la vida cotidiana en casa, si ellos no son capaces de hacerlo, igual tienen más probabilidades de alcanzar un peso excesivo”, dijo Lumeng.


La asociación se explicó en parte por el status de peso de la madre. La influencia del status de peso maternal sobre el peso del niño o la niña refleja factores genéticos y también ambientales, y ambos factores son explicaciones posibles para esta conclusión.


El peso de la madre hizo una diferencia en la capacidad del niño para esperar antes de comer, agregó Lumeng.
“Las madres que tienen exceso de peso tienen hijos que son menos capaces de esperar”, señaló. “Ningún estudio como éste puede probar una relación de causa y efecto, pero existe una vinculación”.

El estudio sugiere que si las familias quieren reducir el riesgo de obesidad en sus niños deberían enseñarle a que postergue la gratificación y deben ser los padres y madres mismos los modelos de esa conducta, dijo Lumen.
Hay técnicas de crianza que pueden ayudar a que los niños desarrollen la capacidad para postergar la gratificación, indicaron los autores. Algunas estrategias que se han descrito en estudios anteriores incluyen el que se mantenga el objeto deseado, en este caso la comida, afuera de la vista y por lo tanto lejos de la atención del niño, o distraerle la atención de la comida hacia otra actividad que le interese.

Otra posibilidad es, simplemente, establecer una estructura lógica para los bocadillos y las horas de comer, de manera que el niño aprenda que no debe comer a cada momento que lo desee, sino que debe esperar hasta la próxima hora de merienda o comida, añadieron los autores.


El estudio de la UM se publica en la revista Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine y es uno de varios sobre el mismo asunto en la edición de este mes.


En un estudio de la Universidad estatal de Pennsylvania, niños y niñas de 3 años de edad participaron en una evaluación del auto control que consistió en sentarse solos en una habitación con un juguete durante 150 segundos. A los que esperaron por lo menos 75 segundos para jugar con el objeto se les asignó una clasificación alta en el autocontrol. A la edad de 5 años los niños participaron en un ejercicio de gratificación demorada que involucró la elección de una porción más pequeña de comida favorita para tomarla de inmediato, o una porción más grande varios minutos después.


Los niños que no fueron capaces de regular su conducta en ambos grupos de edad tenían las cifras más altas de índice de masa corporal para su edad a los 12 años, y los aumentos más rápidos de ese índice en el período de seguimiento de nueve años.


Los pediatras pueden usar este conocimiento para educar a los niños y a sus familias acerca del aprendizaje de la demora en la gratificación, dijo Lumeng.

Cómo ayudar a los niños que tienen dificultades para esperar:
  • Si el niño pide constantemente las galletitas que están sobre la mesada, póngalas fuera de su vista
  • Atraiga la atención del niño hacia otras actividades si todavía no es la hora de comer.
  • Establezca una estructura para las comidas y las meriendas. Si la hora de la merienda es a las tres de la tarde y no es probable que el niño esté realmente hambriento, enséñele a que espere un poco.
Algunos niños y niñas, independientem
ente de lo que hagan los padres, pueden tener muchas dificultades para postergar la gratificación. La mejor solución para algunas familias puede ser que no tengan en la casa las comidas que más los tientan.

FUENTE 







El autocontrol durante la niñez se traduce en un menor índice de masa corporal al ser adultos 



El autocontrol durante la niñez se traduce en un menor índice de masa corporal al ser adultos, según evidencia un estudio conjunto de las universidades de WisconsinWashingtonCalifornia y Columbia (todas ellas situadas en Estados Unidos). Para los investigadores, exhibir estas habilidades a una edad temprana "puede afectar al peso corporal más adelante en la vida".
De esta forma, este estudio publicado en la revista 'The Journal of Pediatrics' muestra como postergar la gratificación alimenticia a los 4 años de edad "se asocia con el índice de masa corporal que se tendrá 30 años más tarde". Y es que, a la edad adulta ya se sabe que el autocontrol es importante para la toma de decisiones saludables en la alimentación.
Así, los investigadores han alcanzado esta teoría mediante un estudio que comenzó entre 1968 y 1974, cuando 653 niños de cuatro años de edad completaron una prueba de demora de la gratificación. Años después, los científicos hallaron que estos voluntarios "presentaron mejores resultados académicos, más competencia social y una mejor capacidad para manejar el estrés".
Según el criterio de la experta de la Universidad de Wisconsin, la doctora Tanya R. Schlam, estas intervenciones para mejorar el autocontrol de los niños "pueden hacer que disminuya el riesgo de éstos de tener sobrepeso", tal y como evidencian las entrevistas que los expertos realizaron a los menores 30 años después. En ellas, se observó que cada minuto una gratificación retrasada ha supuesto una disminución de 0,2 en el índice de masa corporal. Además, "sólo el 24 por ciento de los encuestados tiene sobrepeso y únicamente el 9 por ciento presenta obesidad", advierten los expertos.
Por todo ello, la doctora Schlam se congratula de que el autocontrol "puede ser modificado y mejorado". Para ella, el uso de otras estrategias e intervenciones "puede ser útil en la regulación de la ingesta calórica y en la obtención de un peso saludable".
FUENTE 



Tenemos más autocontrol en la mañana que en la tarde, dice estudio

Investigadores aseguran que el autocontrol puede agotarse por la falta de descanso y por tener que tomar decisiones repetidas


Nuestra capacidad de tener autocontrol y "ser éticos" se reduce considerablemente en el transcurso de un día, asegura un estudio publicado en la revista Psychological Science, de la Association for Psychological Science (APS).
Los investigadores Maryam Kouchaki, de la Universidad de Harvard, e Isaac Smith, de la Universidad de Utah, hicieron una serie de experimentos para examinar diversas conductas poco éticas como mentir, robar y hacer trampa.

Somos más propensos a mentir en la tarde que en la mañana, dice estudio
Somos más propensos a mentir en la tarde que en la mañana, dice estudio







“Nos dimos cuenta de que los resultados de los experimentos llevados a cabo en la mañana parecían revelar sistemáticamente comportamientos no éticos de los participantes", dijeron en el sitio de la APS.
Los científicos sugieren que este autocontrol puede agotarse por la falta de descanso o por tener que tomar decisiones repetidas; pero también descubrieron que el grado de lo que se conoce como desvinculación moral ----que evalúa cómo se comporta la gente sin sentir culpa o angustia---, marcó una diferencia en los resultados.
Como es de esperar, los participantes más propensos a la desvinculación moral eran también más propensos a hace trampa, tanto en la mañana como en la tarde.
Sin embargo, vieron también que las personas menos propensas a tener desvinculación moral, que eran las que se esperaba tuvieran más ética en general. Estas fueron honestas en la mañana, pero no tanto en la tarde.
Los investigadores esperan que sus hallazgos tengan implicaciones en las organizaciones que tratan de reducir el comportamiento poco ético de sus trabajadores.

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